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Movilidad - Sistema Ferroviario


A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX Colombia iniciaba su ingreso al mundo desarrollado construyendo infraestructura a la par con los Estados Unidos, me refiero a la construcción del sistema ferroviario colombiano, una verdadera gesta, teniendo en cuenta la carencia de tecnología de la época. Con la llegada al país a mediados de 1870 del ingeniero cubano – americano Francisco Javier Cisneros y la participación de ingenieros colombianos como Indalecio Liévano y Juan Nepomuceno González se desató en Colombia una verdadera fiebre ferroviaria, se construyeron sistemas ferroviarios regionales; entre otros, el ferrocarril de la Sabana que conectaba a Bogotá con Facatativá, el del Sur conectaba a Bogotá con el municipio de Soacha , el del Norte conectaba a Bogotá con Santander, el del Nordeste conectaba a Bogotá con Boyacá este incluía un terminal de carga en Puente Aranda, el del Oriente conectaba a Bogotá - Centro con Usme, el de Girardot y el de la Dorada, estos dos últimos empalmaban con el ferrocarril de la Sabana en Facatativá, lo cuales eran las conexiones de Bogotá con el Rio Magdalena.



Una generación de colombianos verdaderamente visionarios que no pensaron en sí mismos, por el contrario pensaron en nosotros; construyeron en la sabana de Bogotá un sistema de tren de cercanías similar al de las ciudades más importantes de Estados Unidos y Europa. Lamentablemente a mediados de 1980 un puñado de políticos, esos si tal vez pensando en sus intereses personales, tomaron la macabra decisión de acabar con el sistema ferroviario, el resultado salta a la vista; miles de personas y de toneladas de carga moviéndose diariamente sobre la sabana de Bogotá exclusivamente a través del sistema automotor, causando un caos infernal de movilidad y contaminación.



[endif]--La actual administración del departamento de Cundinamarca está de manera muy enérgica liderando el proyecto de conectar a Bogotá con Facatativá a través de un tranvía; el tan mentado Regiotram. Un paquete chileno que de consumarse condenaría a la población de Sabana Occidente en Cundinamarca a una situación similar o peor a la que hoy vive la población del municipio de Soacha, en términos de movilidad.



Miremos en detalle algunos argumentos, el Regiotram no es un tren, es un tranvía algo así como un bus eléctrico que se desplaza sobre rieles, el cual es usualmente utilizado por ciudades medianas y pequeñas para proveer un servicio de transporte urbano, por eso su baja velocidad: máximo 60 kilómetros por hora.



Por el contrario, los trenes son aparatos robustos capaces de transportar hasta mil pasajeros cada uno a velocidades que pueden superar los 100 kilómetros por hora, los trenes son utilizados para conectar ciudades. La conexión de Bogotá con las ciudades circunvecinas requiere reconstruir el sistema de tren cercanías.



Existe un aspecto importante que diferencia un sistema de trenes de uno de tranvías; el sistema ferroviario incluye trenes de carga, el de tranvías, no en absoluto. Siendo el número de vehículos pesados uno de los problemas más graves de los ingresos a Bogotá, es necesario recuperar e implementar nuevamente el sistema ferroviario de carga al igual que el de pasajeros, para descongestionar los ingresos a la ciudad, es decir, evitar al máximo que los vehículos de transporte pesado deban llegar a la sabana de Bogotá. Es más cómodo y rentable para los transportadores provenientes del sur occidente del país descargar las mercancías en distritos logísticos de carga, por ejemplo en Girardot y La Dorada, de tal forma que desde ahí sean transportadas a Bogotá y zonas aledañas mediante servicio ferroviario, descongestionado así los accesos vehiculares del occidente de la capital: Autopista Sur, Calle 13 y Calle 80. Similar solución debería dársele a la congestión vehicular de la Autopista Norte; poniendo en funcionamiento nuevamente los ferrocarriles del Norte y Nordeste.



Es importante explicar cuáles serían los efectos de implementar un sistema urbano de pasajeros (Regiotram) para comunicar a Bogotá con las ciudades cercanas. Comencemos por decir que la premisa fundamental de un sistema urbano de pasajeros es que en cada parada, pasajeros se bajan y pasajeros se suben, adicionalmente la distancia entre paraderos es relativamente corta. Entonces implementar un sistema de esa naturaleza para conectar ciudades altamente pobladas resulta inverosímil.


Pensemos en lo que sucedería con el Regiotram: el proyecto presentado por la gobernación de Cundinamarca dice que serán 18 estaciones de las cuales 2 estarán en el municipio de Facatativá; imaginemos por un momento la situación de un día a las 7 de la mañana en la estación inicial de Facatativá, el Regiotram alcanzará su capacidad máxima, que puede ser aproximadamente de 250 pasajeros, rápidamente, es decir, saldrá lleno, a los pocos minutos se detendrá nuevamente dentro del mismo municipio, en la segunda estación, por supuesto nadie se bajará porque todos los pasajeros tienen como destino final Bogotá, ahí comenzará el problema de aglomeración dentro de la estación e insatisfacción de los usuarios ante la imposibilidad de tomar el servicio de transporte. Y de la misma forma sucederá en las estaciones subsiguientes.



Ahora, en el mismo contexto anteriormente planteado, pensemos en lo que sucedería con los trenes, aparatos con capacidad de más de mil pasajeros cada uno, saliendo de Facatativá, con paradas en Madrid, Mosquera, Fontibón y llegando a la Estación de la Sabana en Bogotá a velocidades que superan los 100 kilómetros por hora. No hay ninguna ciudad en el mundo occidental con de las dimensiones de Bogotá que se comunique con sus ciudades circunvecinas a través de tranvías, sin excepción lo hacen con sistemas de tren de cercanías. A decir verdad el tramo de cercanías es solo la primera parte de líneas férreas que conectan a la capital de un país con sus costas y fronteras. Entonces, invadir la vía férrea de llegada a Bogotá con un bus eléctrico (Regiotram), aparte de no solucionar el problema de transporte en Sabana Occidente, haría imposible el restablecimiento del tren que requieren ciudades como: Girardot, Espinal, Ibagué, La Dorada, por supuesto también las de la sabana, entre otras, de conectarse vía férrea con Bogotá y de esa manera recuperar su economía.



Unos políticos excelsos hacia 1900 iniciaron y construyeron el sistema ferroviario colombiano, en la década del 80 unos políticos malvados acabaron con los trenes, pero no pudieron desmantelar la infraestructura: la vía férrea y las estaciones, que son la esperanza de volver a tener el servicio ferroviario. Ahora el departamento de Cundinamarca puede ganarse el más deshonroso de los lugares en la historia de las malas decisiones tomadas en Colombia: matar la esperanza de recuperar los trenes; con la construcción del Regiotram se esfumará la posibilidad de tomar un tren en Bogotá con destino a alguna ciudad sobre el Océano Pacífico.



Nota: mención especial merece el maestro Mariano Sanz de Santamaría, arquitecto bogotano quien diseñó la fachada de la Estación de la Sabana, una joya de la arquitectura bogotana con estilo neoclásico e influencia alemana.




Laurentino Quiroga

Contacto:

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